Temáticas y actividades a ser propuestas: En este Taller-Laboratorio, de carácter
teórico-vivencial, propondremos investigar en torno al Cuerpo entendiéndolo
como soporte de obra, pero también como soporte de experiencia y, por lo tanto,
como Cuerpo político; imprescindible para un tipo de práctica capaz de
desmontar los saberes hegemónicos in-corporados
cotidianamente: la política de los afectos, entendiendo el afecto no como
“cariño” sino como “aquello que nos afecta” y que tiene la capacidad de
potenciar o despotenciar nuestra vida. A partir de las vivencias propias de los participantes
(producto de ejercicios experienciales a ser realizados tanto en espacios
cerrados como también en espacios públicos), procuraremos abordar diferentes
formas de trabajar con el arte de la Performance, a fin de mostrar el carácter
ecléctico de esta disciplina. Y, a través de registros fotográficos y videos de
trabajos de distintos artistas de Performance e Intervenciones Urbanas,
procuraremos expandir el repertorio de posibilidades de los participantes a la
hora de componer y accionar sus propuestas. En estas actividades propondremos que tratar de espacios
públicos es, antes de todo, tratar sobre dispositivos
de control y gestión de los Cuerpos; tanto de las relaciones de las personas
entre sí, como también consigo mismas. Normas que allí se activan,
condicionando los modos de hacer y de relacionarse entre ellas. Pero tratar de
espacios públicos es también hablar de los desvíos cotidianos a esas normas que
se producen en los diferentes usos –públicos, privados e íntimos– que se
realizan en dichos espacios y los encuentros que estos usos posibilitan. Cabe, a
respecto de esto, la pregunta: ¿cómo puede la Performance participar de estos
desvíos? Para lo cual, arriesgaremos una incipiente respuesta: provocando
situaciones en los espacios públicos donde las personas puedan encontrarse y
afectarse mutuamente, expandiendo su repertorio de posibilidades a través de
los saberes otros, de los otros. En este sentido, propondremos que no todo lo que nos afecta se
encuentra operando en un plano evidente. También lo que nos afecta se encuentra
presente en un plano sutil. Y para poder entender cuáles Realidades se están
construyendo a diario y cómo estas afectan a los Cuerpos (y, especialmente,
cuál es nuestra participación en dichas construcciones), será necesario
percibir qué es lo que ya se está “diciendo” en determinados espacios públicos
de las ciudades. Es decir, investigar cuáles relatos se están com-poniendo a
diario en cada con-texto; tanto al respecto de los saberes instaurados
que nos informan cómo debemos habitar y relacionarnos en las distintas partes
de una ciudad, como también al respecto de cuáles desvíos son generados
cotidianamente por los Cuerpos que las habitan, entendiendo estos desvíos como
relatos otros que desbordan los saberes normatizantes,
expandiendo y actualizando las posibilidades de vivir en las ciudades. Y para
ello hará falta “escuchar” con algo más que con los oídos. Una escucha
sensible, a través del Cuerpo todo. Para desde allí poder, a través de la
Performance en espacios públicos, participar de la com-posición de otros y
posibles relatos que posibiliten la activación de desvíos a las normas con la
intención de habitar la ciudad de una manera más relacional y menos utilitaria. La Performance, en tanto dispositivo capaz de afectar
tanto los espacios como los Cuerpos que los vivencian, tiene la capacidad de
crear lugares, transformando
temporalmente lo que antes era un espacio. Es decir, espacios que –habiendo
sido atravesados por un afecto– son definidos en su cualidad de uso,
trascendiendo lo puramente físico. Entendiendo que el espacio tiene como
característica el ser mensurable, objetivable, controlable, propondremos que el
lugar es la producción de una
situación que puede expandirse más allá de los límites establecidos por las
normas de cada con-texto en
particular. Situaciones que emergen como consecuencia de los diferentes usos
allí practicados y que no necesariamente encajan en los fines para los cuales
esos espacios fueron inicialmente instaurados. Mientras que el espacio
constituye el campo de juego delimitado y producido por los Poderes hegemónicos
(donde los mismos operan con sus propias normas), el lugar será el movimiento dentro de ese campo de juego. Y si entendemos
que todo Cuerpo es una potencia disruptiva, ese movimiento podrá tanto respetar
o violar las normas, como también desviarlas sin necesidad de violarlas. En
este punto surge una interrogante: ¿el espacio es afectado por la acción o la
acción es afectada por el lugar? ¿Cómo podemos, accionando con
Performance, ser provocadores de situaciones desviantes, al tiempo que, como ya
propusimos, participamos de una producción de ciudad [1] más relacional y menos
utilitaria?
Duración: 6 jornadas de 4 horas de duración cada una, destinadas
a trabajar tanto de manera teórica como vivencial, articulando ejercicios
dentro del espacio cerrado como también en los espacios públicos, entrecruzando
el arte de la Performance con cuestionamientos filosóficos y urbanísticos
aplicados a nuestras propias prácticas de la ciudad. Requisitos para
participar: Taller-Laboratorio abierto a quienes tengan interés en
participar. Sin restricciones de saberes ni de conocimientos previos, dado que
comprendemos que cada participante tiene una propia y rica experiencia, y que será
precisamente en la suma y en la diversidad de las mismas que esta actividad se
tornará más interesante y abarcadora. Sólo será necesario responder un breve cuestionario
previo al inicio de las actividades con la intención de tener una idea general
de sus experiencias anteriores y de los intereses que le llevaron a querer
transitar esta experiencia colectiva.
Cupo limitado (Máximo 20 personas). Se les pedirá a quienes participen que utilicen ropa cómoda a fin de poder realizar las actividades físicas. Requisitos técnicos: - Una sala cerrada con opción a dejarla a obscuras para proyectar imágenes. - Un computador. Un cañón de proyección. Un soporte donde proyectar las imágenes. - Amplificador de sonido. - Agua potable para que los participantes puedan beber durante los días de actividades.
Marco teórico: La teoría será considerada desde un abordaje estético, filosófico y urbanístico, a partir de conceptos propuestos por Giorgio Agamben, Michel De Certeau, Deleuze & Guattari, Manuel Delgado, Peter Pál Pelbart, Baruch Spinoza, como así también a partir de conceptos propuestos por Santiago Cao y de la propia reflexión de lxs participantes, fruto del Cuerpo en presencia atravesado por los saberes y afectos vivenciados durante las experiencias urbanas. Siendo la Performance un arte que opera utilizando el propio Cuerpo del artista como soporte de obra, propondremos entender este Cuerpo como una potencia afectiva disruptiva capaz de producir situaciones inesperadas. Acontecimientos que puedan desviar la obra de su eje inicial, introduciéndola en procesos y recorridos muchas veces inimaginables para el artista que la propuso. A través de la palabra y del Cuerpo en el espacio buscaremos reflexionar sobre cuestiones tales como:
- Análisis de distintos espacios públicos y los diferentes usos públicos, privados e íntimos que cotidianamente son practicados en esos espacios, con la intención de observar cuales desvíos se producen diariamente en las prácticas y usos de esos espacios. Desvíos a las normas que entenderemos como puertas abiertas para que otras posibilidades relacionales puedan acontecer allí.
- Diferenciar el cuerpo del Cuerpo, es decir, diferenciar el cuerpo matérico de lo que, en tanto constructo social, cultural y vivencial llamaremos Cuerpo (con “C” mayúscula) y al cual reconoceremos su potencia para afectar más allá de sus límites físicos. Cuerpo expandido que podrá recorrer grandes distancias sin moverse de su espacio y, paradójicamente, perder su fisicalidad sin perder su presencia. El Cuerpo, como una potencia afectiva disruptiva, como puente hacia lo otro y desde lo otro, capaz de expandirse más allá de su materialidad, pudiendo afectar y ser afectado por los otros Cuerpos.
- Diferenciar Mapa de Territorio. Si pensamos en los mapas como abstracciones donde las variables accidentales se encuentran controladas, los territorios serán los mapas atravesados por los afectos, entendiendo el afecto no como “cariño” sino como “aquello que nos afecta” y que tiene la capacidad de potenciar o despotenciar nuestra vida. La producción de territorios será el intento de devolverle al afecto su poder de producir desvíos inesperados. Accidentalidades in(pre)visibles que, al mismo tiempo que nos desvían de las metas esperadas, nos ponen a salvo de la producción de identidades fijas.
- Producción de Cartografías Sensibles. Para ello, si entendemos que la cartografía es una ciencia que se ocupa de representar gráficamente los accidentes geográficos que se encuentran en la superficie terrestre, propondremos una cartografía sensible que se ocupe de relatar las accidentalidades efímeras que afectarán los Cuerpos a su paso. Mientras que la cartografía clásica tendrá como objetivo el trazado de mapas, la cartografía sensible procurará desvelar los territorios que diariamente son activados en determinados espacios públicos de la ciudad, entendiéndolos como una identidad en contigua transformación. - Análisis del "Espectador Sabi(d)o” y las posibles tácticas para provocar su transformación en al "Iterator"[2]. - (Trans)versión po(i)ética de las palabras [3] como herramienta de creación. - Producción de realidades desde la palabra y el Cuerpo. - “Potencia de no” como condición para las resistencias y re-existencias cotidianas [4]. - La Performance, entendida como un dispositivo performático[5]. --------------------------------------------------------------- Notas Complementarias [1] Entendiendo que las ciudades –y en particular sus espacios públicos– son un campo de relacionamiento de los sujetos que las habitan, cada vez que se produzcan encuentros entre estos sujetos se producirán nuevas afecciones del contexto vivenciado, produciéndose de este modo modificaciones de la ciudad habitada. Y, a través de la Performance podemos generar encuentros en los espacios públicos, participando así de una producción de ciudad más relacional y menos utilitaria. [2] “El Espectador Sabi(d)o” es el título de una ponencia presentada por Santiago Cao durante el “1er Encuentro Latinoamericano de Investigadores sobre Cuerpos y Corporalidades en las Culturas”, acontecido en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Rosario, Santa Fe, Argentina del 1 al 3 de agosto de 2012. Texto disponible en http://santiagocao.metzonimia.com/espectador En resumidas palabras, hemos de llamar Espectador Sabi(d)o –entendiéndolo en un sentido no teatral de la palabra– al sujeto que, observando una situación inesperada, se encontrará expectante y a la espera de descubrir en aquello que está viendo, aquello otro que ya “vio”. Un sujeto con más respuestas que preguntas. Que, a modo de un espejo, intentará reflejar sus saberes introyectados, proyectándolos sobre aquello que está viendo; que procurará d(en)ominar aquella situación, encasillándola dentro de una forma conocida a fin de poder explicarla, controlarla. Saberes que buscarán neutralizar todo tipo de situación que rebalse de lo cotidiano estable(cido). Pero en el Espectador Sabi(d)o no sólo se activarán estos saberes introyectados, sino que, en tanto Cuerpo capaz de afectar y ser afectado, al encontrarse con los demás y sus modos otros de saber, tendrá la posibilidad de actualizar los saberes incorporados al confrontarlos con aquello otro que en ese instante le afectará. Así, propondremos que la figura del Espectador Sabi(d)o será el encuentro entre lo que se –mi capacidad de adaptar el mundo a los conceptos– y lo que este mundo –con su capacidad de afectación– me exige como modo de adaptarme al mismo. Ahora bien, ¿cómo hacer para suspender temporalmente los saberes que nos condicionan a producir respuestas (de)limitantes? Dejar de saber (únicamente) lo ya sabido, a fin de poder generar lugar para que otros saberes nos afecten, abriéndonos al campo de lo posible, de lo (aún) no sabido, de lo (aún) por hacer. ¿Cómo –al menos durante unos instantes– dejar de saber? O, dicho de otra manera, poder-no sólo saber aquello ya sabido, pues, mientras “sepamos”, sabremos tanto lo que podemos como lo que no podemos, limitándonos a ese repertorio de posibilidades restringidas. Pero, cuando no sabemos, tampoco no sabemos lo que no podemos, pudiendo entonces un otro poco. Ahora bien, será necesario comprender que este “no saber” no es sinónimo de ignorancia o falta de conocimiento, ni tampoco es opuesto al saber, sino que –por poder (también) no saber sobre algo– será la posibilidad simultánea de poder (también) saber otra cosa al respecto. Y, precisamente cuando no sepa –cuando se torne ignorante de los saberes que le (in)formaban– el Espectador Sabi(d)o podrá atravesar el límite del “no poder”. Y será en ese momento –cuando deje de observar para comenzar a participar activamente de aquella situación– que se transformará en un Iterator que, produciendo modificaciones, desvío dentro mismo del dispositivo performático, generará nuevos rumbos que irán más allá de la propuesta artística inicial. Y con ello, otras posibilidades de afectar y contaminar los saberes establecidos en aquel con-texto. [3] Proponemos pensar en la (trans)versión po(i)ética de las palabras como una herramienta que permite surcar las palabras, abrir espacios de silencio dentro de ellas, por entre las letras que las componen, posibilitando de este modo que afloren las palabras menores que estaban aprisionadas dentro de las formas etimológicas aprendidas. Una herramienta que potencie la poética creativa para liberar las diferentes versiones de realidad (de)limitadas por el Lenguaje hegemónico. O, como de manera tan clara, escribió Manuel de Barros “(…) hacer juguetes con las palabras” [4] Comprendiendo la palabra “potencia” en el sentido de “posibilidad” –y entendiendo de este modo que lo que está en potencia aún no está en acto– propondremos que la Potencia de no, en tanto posibilidad de no, fue en muchos aspectos cotidianos retirada del repertorio del pensamiento. Así, no pudiendo siquiera pensar en algunas cuestiones, tampoco será posible incorporarlas dentro del repertorio de posibilidades a la hora de tener que escoger delante de lo que nos es dado para pensar, desear, accionar. Sin poder (también) escoger la posibilidad de no pensar, sentir, accionar en conformidad con las actuales Sociedades de Consumo, ¿tendremos como pensar en resistencias contra las formas hegemónicas del discurso por ellas impuestas? En este sentido, propondremos que la importancia del encuentro con un otro –y sus otros modos de producir subjetividad– radica en la posibilidad de expandir el repertorio del pensamiento, incluyendo (también) en él esas otras alternativas que aquel otro nos ofrece. Así, junto-con, podremos no sólo resistir sino también re-existir, entendiendo esto último como la posibilidad de acceder a otros modos de vivir en sociedad de maneras más relacionales y menos utilitarias. Para leer un poco más al respecto: “La ‘potencia de no´ como resistencia al Estado de Bien-estar Común. La Performance como herramienta para propiciar encuentros en los espacios públicos” (Ensayo publicado originalmente en "Revista de Estudios Globales y Arte Contemporáneo (REGAC)", Volumen 3. Editada por el grupo de investigación Art Globalization Interculturality de la Universidad de Barcelona, España. Diciembre de 2015).
Disponible en: http://revistes.ub.edu/index.php/REGAC/article/view/14015/19246 [5] Al respecto del dispositivo performático, lo entenderemos como una compleja trama en la cual el Cuerpo del performer tendrá como función ser un provocador, un detonador de situaciones que se propagarán y reverberarán de manera rizomática. Entendiendo que el rizoma (según lo propuesto por Deleuze y Guattari) “no empieza ni acaba, siempre está en el medio, entre las cosas, inter-ser, intermezzo”, ese Cuerpo no se convertirá en un centro con las personas observándole alrededor. En tanto dispositivo rizomático, cada encuentro de personas que se junten para conversar al respecto de lo que “allí” está aconteciendo, generará simultáneamente otro “centro” coexistente. De esa manera la Performance participará de la producción de un relato colectivo que no habrá comenzado con la propuesta del artista, ni finalizará con su retirada del lugar. Siendo potencia disruptiva, el Cuerpo en la Performance habla, pero también hace hablar. Escucha, pero también posibilita escuchar. Entendiendo esto como una escucha sensible, a través de todo el Cuerpo que es atravesado, afectado por lo que en ese momento e en ese lugar está siendo dicho. . |